UN ESTUDIO DE CASO GLOBAL MUESTRA QUE LOS PUEBLOS INDÍGENAS Y OTROS DEFENSORES DE LA TIERRA Y EL MEDIO AMBIENTE SE ENFRENTAN A MAYORES RIESGOS EN EL CONTEXTO DEL COVID-19
Un año más, las cifras de asesinatos de líderes ambientales rompen récords: 212 personas perdieron la vida en 2019 por defender sus territorios. Más de cuatro ambientalistas murieron cada semana en el mundo, una tendencia que no disminuye desde el año 2015. Más de la mitad de los fallecimientos se dieron en tan solo dos países: Colombia, con 64 y Filipinas con 43.
Crisis climática y amenazas contra las personas defensoras de la tierra y el medio ambiente
Uno de los líderes fue asesinado frente a su esposa e hija en el sur del departamento. Hay preocupación por el alto número de crímenes en medio de esta pandemia.+
Bogotá, 28 jul (EFE).- América Latina fue el lugar más peligroso para los defensores de la tierra en 2019, según un estudio de la ONG Global Witness que sitúa en esa región cuatro de los cinco países donde fueron asesinados más activistas, entre ellos Colombia, que lidera la estadística.
The second round of LAND-at-scale resulted in 24 ideas submitted by 19 Dutch embassies. The LAND-at-scale Committee selected 6 most promising ideas to develop further.
En Colombia, país de conflictos ambientales y campesinos maltratados, las Zonas de Reserva Campesina se erigen como una solución que protege el desarrollo rural sostenible y la biodiversidad
De las 304 personas asesinadas en 2019 en el mundo, América Latina registró 208, y de ellas 106 fueron en Colombia. Allí, la mayoría de asesinatos fueron cometidos contra líderes indígenas, afrodescendientes y campesinos.
Desde el 19 de diciembre a la fecha, se cometieron nueve homicidios, un atentado y una amenaza de muerte en contra de estos sectores de la población. Esta semana encontraron la cabeza de un poblador en Bajo Cauca y el cuerpo de una comunera nasa con señales de tortura.
Cerca de 500 personas tuvieron que huir hacia el casco urbano del municipio, debido a enfrentamientos entre grupos delincuenciales al servicio de narcos.
Las víctimas tenían sus hogares en la vereda Brisas de Amburgo, donde los violentos sembraron temor y amenazas.